lunes, 21 de mayo de 2012

Nobol

     Información General                     


A 35m. de Guayaquil se encuentra su cabecera cantonal. Está asentada a 9 m.s.n.m., su temperatura promedio es de 27°C y su precipitación promedio anual es de 500 a 1000 mm.
El río principal es el Daule que se encuentra al este del cantón, sus afluentes son el Magro, Bijagual y Guachapelí, en el que se encuentra gran variedad de peces, en donde la pesca artesanal del río es significativa para el consumo doméstico de esta zona.

 Transporte y Acceso


Sus vías de acceso están asfaltadas y empedradas en buenas condiciones, las siguientes cooperativas tienen este destino: Rutas Vinceñas, Señor de los Milagros, Transporte Santa Lucía, Coop. Mi Piedacita, Trans. Colimes y Rutas Empalmeñas, el viaje dura 35 min desde Guayaquil. 

Producción


El terreno del cantón es generalmente plano. Hacia el suroeste se levanta la pequeña cordillera del Paco. El terreno es fértil y propicio para el cultivo de productos tropicales.
hay extensas zonas arroceras y cultivos de gran variedad de frutas como mangos, sandías, naranjas, ciruelas, y demás frutas tropicales. Sus habitantes se dedican a la agricultura y ganadería. Hay una gran cantidad de piladoras. Debido al desarrollo comercial se han instalado algunas fábricas de productos lácteos y materiales de construcción.

Gastronomía


El maduro con queso se lo considera un plato tradicional de Nobol debido a la singularidad de sus ingredientes, ya que estos deben estar en su punto, el maduro bien maduro y el queso son cuajo recién hecho. En la calle principal de Nobol hay muchos locales donde se vende este plato típico y sobre todo es el favorito de mi amigo Julio Soto

Turismo


Hacienda San José

Hacienda San José, está ubicada a la entrada del pueblo, es el lugar donde nació Narcisa de jesús el 29 de octubre 1938, actualmente asisten varios fieles para conocer la vida de la santa y acercarse a ella por medio de la oración.
Desde donde también se tiene acceso a las orillas del Río Daule; esta hacienda permanece a disposición del público todos los días en un horario de 07h00 a 18h00. 

Santuario Santa Narcisa de Jesús



Este santuario es  acogedor, infunde mística porque contiene el cuerpo incorrupto de la santa Narcisa de Jesús. Riberas del Río Daule en Cantón Nobol, son riberas de 5 m de altura, suelo arcilloso, su curso de agua es de poca rapidez sobre suelo llano. Posee curvas medianamente pronunciadas. Se realizan paseos y existen zonas que se utilizan como balneario. 



                                     


La Garza Roja, Pechiche y Tierra Viva, parques recreativos temáticos en los cuales existen facilidades para disfrutar en familia, como piscinas, toboganes, canchas deportivas, áreas verdes y agroturismo. 



Galería de imágenes de Cantón Nobol en: 


martes, 8 de mayo de 2012

Santuario Santa Narcisa

Santuario Nacional Santa Narcisa de Jesús. 



La fama de Santidad de Narcisa de Jesús Martillo Morán hizo que sus restos mortales fueran venerados por la devoción de los fieles sucesivamente en Lima, donde murió, en Guayaquil, a donde fueron traídos y reposaron en la Iglesia de San José de los PP. Jesuitas, y en Nobol, su tierra natal;

La Beatificación de Narcisa de Jesús en 1992 hizo que se construyera con la limosna de los peregrinos un espacioso y hermoso templo, dedicado el 22 de agosto de 1998 por S.E Mons. Juan Larrea Holguín, erígiendolo como Santuario Diocesano.

La Canonización solemnemente proclamada por S.S: Benedicto XVI el 12 de Octubre de 2008 en la Plaza de San Pedro en Roma, convocó en Nobol a una impresionante multitud de sus devotos los cuales siguen acudiendo en gran número desde las diversas regiones y provincias del país y del exterior.

Vida de Santa Narcisa


Narcisa de Jesús Martillo Morán nació en 1832, en la hacienda San José de Nobol, Daule, Ecuador. Los dominicos regentaban su parroquia desde hacía casi trescientos años. Fue hija de Pedro Martillo y Josefa Morán, campesinos propietarios, gente sencilla y profundamente creyente. Su padre, dotado de una inteligencia clara y espíritu de trabajo, reunió una apreciable fortuna. Era muy devoto de la futura Santa Mariana de Jesús y de San Jacinto de Polonia, que se venera con fervor en toda la provincia del Guayas. Los nueve hijos del matrimonio crecieron sanos y robustos, Narcisa ocupaba el sexto lugar. En 1838, cuando contaba 6 años, falleció su madre. Con la ayuda de una maestra particular y de su hermana mayor, se instruyó en las primeras letras. Aprendió a leer, escribir, cantar, tocar la guitarra, coser, arte que llegó a dominar con verdadera maestría, tejer, bordar, cocinar. Poseía grandes cualidades, con predisposición especial para la música. Con frecuencia su plegaria se hacía canción, y su cántico fue íntimo y piadoso, entregando el corazón a Quien bien lo merecía, como rezaba una composición que gustaba repetir cuando era jovencita.
Tuvo una clara percepción de su llamada a la santidad, especialmente a partir del sacramento de la Confirmación, que recibió a la edad de 7 años, el 16 de septiembre de 1839. Adquirió la costumbre de retirarse con frecuencia a un bosquecillo cercano a la casa, para entregarse libremente a la contemplación de las realidades divinas. El árbol de Guayabo junto al cual rezaba, es hoy el término de nutridas peregrinaciones. Convirtió en oratorio doméstico, un pequeño cuarto de su casa. Se propuso imitar a Santa Mariana de Jesús, identificándose con la vocación de víctima. Asumió un camino arduo de penitencia, para unirse más íntimamente a Cristo sufriente y ayudarle a la redención del mundo. Colaboraba en los trabajos domésticos y en los del campo. Era una joven reflexiva, amable, alegre, de carácter dulce y apacible, sumamente buena y obediente, caritativa, compasiva para con los pobres, extremadamente piadosa, amada por todo el vecindario. Joven muy hermosa, de ojos azules y cabello rubio, esbelta, fuerte y ágil. Se manifestó una excelente catequista. No podía menos de transmitir el fuego del amor divino a los suyos y a los niños del vecindario.
En enero de 1852 falleció su buen padre. Narcisa, que contaba 19 años de edad, pasó a Guayaquil, y se hospedó con una familia muy conocida que habitaba junto a la catedral. En esta ciudad permaneció hasta 1868, exceptuando unos meses que pasó en la ciudad de Cuenca. Mudó varias veces de morada para preservar su intimidad y dedicarse con mayor libertad a la oración y penitencia, viviendo del trabajo de costurera. Socorría a pobres y enfermos. Fue dócil a las directrices de sus directores espirituales, y compartió ideales, y a veces vivienda, con la Beata Mercedes de Jesús Molina.
Impulsada por un anhelo de mayor perfección y aconsejada por un religioso franciscano, se embarcó en junio de 1868 para Lima, Perú, y vivió como seglar interna en el convento dominicano del Patrocinio, fundado en 1688 en lugares donde solía apacentar su rebaño San Juan Macías. El Señor la favorecía con dones extraordinarios, y le mostraba cuán acepta le era su vida, también en medio de las pruebas del espíritu.
A finales de septiembre de 1869 se le declararon unas fiebres. Poco pudieron hacer los remedios médicos, pero continuó con su ritmo de vida normal, y así hasta finalizar la novena y celebrar con gran gozo, vestida de blanco, la Eucaristía en la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, 8 de diciembre de 1869, el mismo día en que el Beato Pío IX abría en Roma el Concilio Vaticano I. Al final de la jornada se despidió de las hermanas, porque iba a realizar un viaje muy largo. Lo tomaron a broma, pero al poco rato una de ellas, la encargada de bendecir las habitaciones, advirtió un resplandor y una fragancia especial en la suya. Acudió la comunidad y comprobaron que había muerto. Contaba 37 años de edad.
Se supo después que había hecho voto privado de virginidad perpetua, de pobreza, obediencia, clausura, eremitismo, ayuno a pan y agua, comunión diaria, confesión, mortificación y oración.
Todos estos votos los mantuvo fielmente. Vivía en continua unión con Jesucristo. Sus mortificaciones fueron muy severas. Llevaba constantemente en su cuerpo la crucifixión del Señor. Tenía una fe firme y una admirable esperanza. Los médicos se maravillaban de que hubiera podido vivir con tan poco alimento.
En su cadáver se advirtieron durante largo tiempo signos de flexibilidad y fragancia, y ante él se obraron múltiples gracias. Lima la aclamó como santa, y lo mismo hicieron las gentes de Guayaquil y Nobol. Las hermanas del Patrocino guardaron memoria de sus virtudes y custodiaron con suma veneración el sepulcro, hasta que su cuerpo, prácticamente incorrupto, se trasladó a Guayaquil en 1955.
El proceso diocesano de canonización fue entregado en la Congregación para las Causas de los Santos en 1964. El Papa Juan Pablo II la beatificó el 25 de octubre de 1992. El 22 de agosto de 1998 dedicaron un santuario en su honor en Nobol, donde se venera en la actualidad el sepulcro, con su cuerpo incorrupto. La devoción a la «Niña Narcisa» denota la espontánea identificación del pueblo sencillo con esta mujer de la costa ecuatoriana. El ejemplo de su vida pura y piadosa, trabajadora y apostólica, transmite un mensaje muy actual.
El 12 de Octubre el Papa Benedicto XVI declara a Narcisa de Jesùs Martillo como Santa.