jueves, 5 de julio de 2012

Testimonio de un seminarista Noboleño


Seminarista Noboleño nos cuenta sobre su vocación al Sacerdocio.

"El amor de Dios terminó conquistándome"
- Anthony Torres Briones, 21 años - Seminarista de tercer  año-
 Puedo decir que uno de las primeras señales por las que el Señor me encaminaba hacia el llamado que me tenía preparado fue el sentirme motivado a acolitar en la Santa Misa cuando tenía 11 años, gracias al ejemplo de mi papá que lo venía haciendo hace un tiempo atrás. Todo esto sucedía en el Santuario de Santa Narcisa de Jesús en Nobol, lugar donde vivo.

Fue una experiencia muy grande el haber podido servir en el Santuario ya que el contacto con los diversos sacerdotes que prestaron su servicio y lo prestan actualmente me sirvió como motivación para poder entender que vale la pena decirle sí a Jesús. Al comienzo no fue nada fácil, porque siempre trataba de esquivar con diversas actividades el llamado que el Señor me estaba proponiendo. Incluso dentro de mí existía la idea de que debía de ser un profesional y tener una familia era lo más conveniente. Sin embargo, en mi primer año de Universidad trabajaba por las tardes en el Santuario con la finalidad de que en las diversas actividades que allí desarrollaba pudiera encontrar una respuesta a todo lo que me estaba sucediendo. Dejar un amor humano por el Amor mismo, encontrar la felicidad de toda una vida en el mismo Dios era algo que siempre rondaba en mi cabeza.
En definitiva, con la ayuda del empuje final que me dieron amigos sacerdotes, gracias a sus consejos y ejemplos pude decidirme ingresar al Seminario al darme cuenta que el sacerdocio no es una carga sino una donación de mi propia vida.
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